2 de mayo de 2010

1º Concurso / Segundo lugar

Complaceme

Narrado por Santiago

Hoy era un día soleado, algo malo para un vampiro, estaba a las afueras de la ciudad de Volterra, me escondía en los callejones para que el sol no se me acercara, de repente pude ver a una chica que estaba corriendo, y entro en el callejón, yo me escondí, solo por si acaso, la chica era muy linda, su piel era clara, como café con leche, su cabello era lacio y dorado, y sus ojos de un azul imponente, se pego a la pared, estaba temblando, y llorando, y de repente aparecieron dos hombres, según su apariencia no eran las mejor personas del mundo.

-Vamos encanto… ya no llores- le dijo uno de los hombres, mientras se le acercaba a ella, ella estaba tan aturdida que ni siquiera reacciono ante el tacto del hombre, luego de eso, el hombre comenzó a tocar sus partes intimas, eso no lo soporte, en silencio pero con velocidad aparecía a su lado, coloque mi mano en el pecho de el hombre, este me mire mal, yo no respondí, coloque mi otra mano en la cintura de la chica y con poca fuerza empuje al chico, pero este término a dar a la pared, y al parecer se dio un golpe en la cabeza por que empezó a sangrar, Perfecto justo lo que quería, Sangre, pensé para mí mismo, la chica comenzó a temblar mas cuando sintió el rose de mi mano con su cintura.

-Suélteme por favor- me pidió, su voz era encantadora, alzo el rostro para verme, y su mirada se entrelazo con la mía, sus ojos eras de una coloración tan azul, me perdí completamente el ellos –Por favor- dijo temblorosa, eso me hizo despertar, aleje mi mano de ella y las coloque detrás de mi espalda y le dedique una sonrisa, a la que ella bajo el rostro, el hombre se despego de la pared y me miro con odio, yo no le respondí, solo di un paso hacia adelante, y este espantado salió corriendo junto al otro chico, yo suspire y mire a la chica.

-Tranquila, ya todo a pasado- le susurre.

-Alec- se susurro a sí misma, luego alzo la mirada -¿Dónde está Alec?-

-¿Quién es Alec?- le pregunte, en eso un chico, joven como yo camino hacia donde estaba la chica, estaba bañado en sangre, se apoyaba en la pared y le costaba mucho caminar.

-Jane- fue lo último que dijo antes de desmayase, Jane, ese era el nombre de esta chica.

-¡Alec!- ella corrió hasta el, yo quise ayudarla pero hubo un problema, el sol, luego escuche unos pasos, no podía ser, eran neófitos, solo ellos corren de ese modo, tenía que sacar a Jane y Alec de aquí, y no tenía otra opción tenia que mostrarme ante el sol, corrí al lado de Jane, ella se quedo sorprendida al verme, claro cómo no.

-Te explico todo después… ahora tenemos que irnos- con mucho cuidado tome a Alec y lo coloque en mi espalda y luego cargue a Jane en mis brazos y salí disparado a toda velocidad hasta mi casa, abrí la puerta con agresividad, tanto que Elizabeth se asusto.

-¿Qué te pasa?- me grito.

-Me regañas en otro momento… cierra la puerta que hay neófitos por la zona- ella corrió y cerró la puerta, baje a Jane con mucho cuidado y la senté en el sofá y acosté a Alec en una habitación, llame a un médico y este llego de inmediato y se encerró con Alec, yo pude ver que Jane estaba temblando y llorando en silencio en el sofá, me acerque a ella.

-¿Puedo?- pregunte, estirando las manos para abrazarla.

-Por favor- dijo ella y se acurruco con mi cuerpo helado, después de un tiempo se quedo dormida y yo le acariciaba el cabello, no sé qué era lo que me pasaba, yo jamás había sentido esto por alguien mucho menos por una humana, pero deseaba tanto tenerla cerca, seguí acariciando su melena y le di un beso en el cabello después de eso salió el médico, y Jane se levanto.

-¿Cómo está Alec?- le pregunte.

-Ya está totalmente recuperado… las heridas no son graves… está despierto, pero por favor dejen que repose- nos dijo, yo me levante le pague y luego se fue.

Narrado por Jane

Estaba tan preocupada por mi hermano que sin decir nada entre en la habitación, lo vi recostado, en cuanto me coloque a su lado me miro.


-Jane… ¿Estás bien?- me pregunto.

-Sí, sí, yo estoy perfecta, ¿pero tú?-

-Yo estoy perfectamente- me dijo con una sonrisa.

-Me alegro tanto- le dije mientras que con mucho cuidado lo abrazaba, en eso pude ver como el chico que nos salvo entraba a la habitación.

-¿Cómo te sientes?- le pregunto amablemente.

-Estoy mejor- dijo mi hermano.

-Me alegro… por cierto, te traje ropa, es que la que cargas está llena de sangre- pronuncio de una forma muy curiosa la ultima parte.

-Gracias- le dijo mi hermano.

-Y con respecto a ti Jane…- dijo y me miro de arriba a abajo, lo único que cargaba era una camisa blanca y un jean, y ambos estaban desgastados –Te importaría que saliéramos un segundo- no entendía por qué me pedía eso, pero tenia que se amable con él, asentí con la cabeza y salí de la casa, deje a mi hermano en cuidados de la niñita que al parecer si sabia cuidar muy bien a las personas.

Narrado por Santiago

No quería que se quedara con esa vestimenta y no tenia ropa para ofrecerle, así que la saque de mi casa, gracias a Dios había comenzado a llover, la lleve a un centro comercial y la escolte hasta una tienda que vendía ropa


-Entra y cómprate ropa- le pedí

-No es necesario- me dijo

-Compláceme- le roge mientras le daba un poco de dinero

-Okey- dijo ella aburrida, entro y después de media hora salió con la ropa nueva, un chaleco rojo, un pantalón negro hasta las rodillas, una boina roja, unas gomas rojas y un sarcillo rojo y el otro negro.

-Que linda- le dije al oído, ella se coloro toda, pero me fascino

-Gra… gracias- susurro sonrojada

-¿Puedo llevarte a comer?- le pregunte

-No es necesario- dijo ella

-Compláceme- le pedí con una sonrisa

-Te gusta mucho esa frase ¿verdad?- dijo con una mueca

-Bastante- dije, le tome la mano y la lleve hasta un pizzería, ella pidió una de peperoni y yo realmente no pedí nada, no tendría sentido

-¿Seguro que no quieres nada?- me pregunto mientras se comía el tercer pedazo en la boca

-Sí, estoy seguro- le dedique una sonrisa

-Por cierto- comenzó -¿Cómo te llamas?-

-Santiago Rossi-

-Lindo nombre- me dijo

-¿Alguna otra pregunta?-

-Si… ¿Qué le pasa a tu piel cuando está en contacto a la luz solar?- ¡RAYOS! Eso sí que no lo esperaba

-No es nada- mentí

-Si claro-

-Por favor… todo esto es hermoso, tu y yo tranquilamente en una tarde como esta… por favor no lo arruines haciéndome preguntas tontas- le pedí

-No es tonto para mí-

-Estabas asustada… debiste haber visto algo que no era real-

-No juegues con mi mente- me dijo molesta, yo suspire

-No me vas a creer-

-No voy a contarlo-

-Okey… soy un vampiro- susurre muy bajito

-Si claro, ¿Qué tengo cara de burra?-

-Te dije que no me ibas a creer-

-Los vampiros no existen-

-Eso es lo que tu creer-

-Demuéstramelo- me ordeno, yo suspire, me levante, deje el dinero en la mesa y la lleve hasta las profundidades de un bosque cercano

-¿Qué quieres que haga?-

-Derriba un árbol- me pedio, yo me encogí de hombros camine lentamente hasta uno de los miles de árboles que había en el bosque, coloque una de mis mano y lo empuje suavemente, este callo de una forma muy sonora, voltee para verla –Corre- susurro, corrí con mi velocidad de vampiro y aparecí a aproximadamente un kilometro de donde estaba antes, ella me pudo ver –Ven- susurro, corrí y aparecí frente a ella, a solo 5 centímetros de su rostro, su respiración era entre cortada, con mucho cuidado me acerque un poco más a ella, pude ver como se colocaba de puntillas para alcanzar mi estatura, coloco sus manos en mi cuello y yo las mías en su cintura y luego nuestros labios se rosaron mutuamente, primero fue algo muy tranquilo pero luego ser volvió un poco más fuerte, sus labios eran tan delicados, como el cristal, ella es capaz de romperse con tanta facilidad, pero eso no impido que la besara

Narrado por Jane

Sus labios eran tan exquisitos, eran fríos como el hielo, debe ser porque era un vampiro, era el mejor sabor que mis labios hubieran probado en algún momento, y entonces, el celular de Santiago sonó, el se alejo de mi y tomo su celular

-¿Lis?... okey… ¿¡Que que!?... muy bien ya voy para allá- dijo y cerro su celular, no sé qué pasaba, pero el tenia una cara de espanto

-¿Qué pasa?- le pregunte

-Te lo explico todo después- dijo y me cargo en su espalda, corrió a toda velocidad hasta que llegamos a su casa, al entrar a ella fuimos directo hasta donde estaba Alec, al verlo me espante, estaba pálido y se le veía muy débil

-¿¡Que le pasa!?- pregunte entre gritos y sollozos

-Se contagio de la peste negra-

-Se está muriendo- dijo Elizabeth

Narrado por santiago

-Has algo por favor-

-¿Qué quieres que haga?- le dije preocupado

-Conviértelo- me pidió

-¿¡QUE!?- le grite -¿¡Acaso te has vuelto completamente loca!?-

-Por favor Santiago… no quiero perderlo- me resigne por la forma en que me rogo que salvara a su hermano, le pedí a Lis que sacara a Jane de la habitación, no iba a permitir que me viera de ese modo

Narrado por Jane

Elizabeth me saco de la habitación de mi hermano, yo quiera estar con él pero esta niñita tiene mucha fuerza, me quede esperando, primero escuche gritos de dolor, eran de Alec, me asuste y tape mis oídos con mis manos, mientras las lagrimas corrían por mis mejillas, después de dos horas, Santiago salió, con la boca llena de sangre, sangre de mi hermano, se tapada los labios con sus manos, me miro, sus ojos eran de un rojo intenso, yo me levante y camine hasta el

-No me veas así- me rogo

-¿Verte cómo?- le pregunte

-Verme… con miedo… deja de hacerlo- dijo con la voz quebrada

-Tengo que ver a mi hermano- dije entrando a su habitación

-¡Jane no!- me grito pero lo ignore, pude ver a mi hermano levantado en dos piernas, con los ojos rojos intensos, me miro, no fue una mirada de ternura, fue de necesidad, como si yo fuera el desayuno o algo por el estilo, parpadee, y sin darme cuenta, mi hermano estuve frente a mí, sentí algo doloroso en mi cuello, ¿eran colmillos? No puede ser, comencé a gritar de dolor, no por los colmillos, sino por el líquido espeso que estaba corriendo por mis venas, me quede inconsciente en un par de minutos…

2 días después

Después de un largo sueño me desperté, me sentía diferente, al ver mi alrededor me quede sorprendida por la claridad, todo se veía perfecto, en eso la puerta se abrió, era Santiago, se veía mejor que nunca, su cuerpo ya no parecía de piedra, roso su mano con mi mejilla, su piel ya no era tan fría

-Hola bella durmiente- me susurro, su voz sonaba más clara, como si mi oído se hubiera agudizado

-Hola- susurre

-¿Cómo te sientes?-

-Confundida-

-Ya se te pasara- me dijo y estiro su mano la cual tenía una botella con un liquido rojo

-¿Qué es?- pregunte

-Traga- me ordeno, yo tome la botella y saboree el líquido que estaba en ella, era un sabor tentativo y delicioso, exquisito, a lo que me di cuenta ya me lo había acabado

-¿Qué era?-

-Sangre-

-¡¡¡SANGRE!!!-

-Si… ya te acostumbraras-

-Santiago…-

-¿Si?-

-Ven acá y bésame- le ordene, el me sonrió y negó con la cabeza

-Por ahora descasa- estaba a punto de irse pero le tome la mano

-Compláceme- le pedí, el se rio, se acerco a mí y sus ya no gélidos labios rosaron los míos, eran aun mas exquisitos que antes, su beso se acabo después de un largo tiempo –Te amo- le susurre

-Y yo a ti… y ahora que eres inmortal, estaremos juntos por siempre y para siempre- me susurro yo sonreí

-Me alegro por eso- dije para volver a besarlo.

FIN

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Te Felicito Laura!!! me gusto mucho... besos

1 comentario:

  1. Laura dice:

    SI!!!!!! gane de segunda que bueno... cristi y tu que me dijiste que mi historia habia sido traumatica, si eres mala... pero no importa xD

    Hurra!!!

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